Patín de resorte
El patín de resorte es un pequeño inserto de goma, poliuretano o compuesto que se intercala entre el resorte de suspensión y su soporte (chasis, cazoleta o puente trasero). Su función es doble: por un lado, absorbe las vibraciones de alta frecuencia para preservar el confort y la estabilidad; por otro lado, evita el contacto metal-metal entre la espira del resorte y el alojamiento, limitando así el desgaste prematuro y los ruidos parásitos. Invisible sin desmontaje, se ubica ya sea en la parte superior, contra la cazoleta superior, o en la parte inferior, a nivel del brazo o del eje. El patín de resorte trabaja en compresión: cuando una irregularidad de la carretera comprime la suspensión, se deforma ligeramente para filtrar los choques, y luego vuelve a su posición gracias a su elasticidad. También se le conoce como cojín de aislamiento o asiento de resorte.
¿Cuándo cambiar la pieza?
Como todo elemento flexible, el patín de resorte envejece con los kilómetros y los ciclos de carga. Su vida útil promedio se sitúa entre 120,000 y 180,000 km, pero varía según el estilo de conducción, el entorno (sal, polvo) y la calidad del material.
- Signos de desgaste: grietas visibles, pieza faltante, resorte que "muerde" en la cazoleta, rastros de óxido bajo el soporte.
- Síntomas percibidos: chirridos en los badenes, chasquido metálico al girar, vibraciones anormales en el habitáculo, altura de carrocería desigual.
- Testigo ABS/ESP a veces encendido si la rueda rebota demasiado y perturba los sensores.
- Periodicidad recomendada: control visual en cada reemplazo de amortiguador, en cada permutación de resorte o cada 60,000 km en mantenimiento preventivo.
¿Por qué cambiarlo?
- Confort de conducción: un patín de resorte agrietado ya no filtra correctamente las microvibraciones, lo que resulta en una suspensión dura y ruidosa.
- Protección mecánica: al desaparecer, deja que el resorte roce contra el soporte, desgastándolo y debilitando la espira inferior; a largo plazo, el resorte puede romperse.
- Estabilidad: el apoyo irregular del resorte modifica la inclinación del vehículo y la geometría, aumentando la distancia de frenado y el desgaste de los neumáticos.
- Corrosión acelerada: sin patín, el agua y la sal se estancan entre metal y metal, provocando óxido estructural.
- Inspección técnica: cualquier juego o ruido de suspensión se anotará como una falla mayor, requiriendo una segunda inspección.
Al reemplazar el patín de resorte por una pieza nueva de origen o equivalente, se restaura el aislamiento acústico, se prolonga la vida útil del resorte y se garantiza la conformidad de la suspensión. La operación se realiza durante el desmontaje del conjunto resorte-amortiguador; aproveche para verificar la cazoleta, el rodamiento de apoyo y el fuelle del amortiguador. Un patín de resorte en buen estado cuesta poco, pero protege de reparaciones mucho más costosas.
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