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Cazoleta de Suspensión

La cazoleta de suspensión, también llamada cabeza de amortiguador o soporte de amortiguador, es la interfaz entre el resorte-amortiguador y la carrocería del vehículo. Situada en la parte superior del conjunto resorte/amortiguador en la torre del guardabarros, cumple tres funciones: fijación del amortiguador al chasis, filtrado de las vibraciones gracias a su inserto de goma y, en algunos modelos, permite el giro del puntal para facilitar la dirección. En cada compresión, la cazoleta amortigua los golpes y mantiene el alineamiento de la suspensión, preservando el confort, la precisión de conducción y la longevidad de los neumáticos.

Una cazoleta de suspensión generalmente se compone de una base metálica, un silentblock moldeado y, cuando está integrada en el eje de dirección, un rodamiento de bolas. Todo el conjunto trabaja constantemente: esfuerzos verticales en los baches, esfuerzos laterales en las curvas, esfuerzos de torsión al girar. Un defecto en esta pieza provoca un juego en el puntal, causando golpes, vibraciones y desajuste de la geometría.

¿Cuándo cambiar la pieza?

• Vida útil promedio: 80 000 a 120 000 km, variable según el estado de las carreteras y el estilo de conducción.
• Signos de desgaste a vigilar:
  • Golpe metálico a baja velocidad o en badenes.
  • Dirección más dura o que “se traba” al girar, indicador de un rodamiento de cazoleta desgastado.
  • Vibraciones anormales en el volante o en el habitáculo.
  • Neumáticos que se desgastan en facetas, revelando un mal mantenimiento de la suspensión.
  • Fuga de grasa o goma agrietada visible en inspección visual.
• Periodicidad recomendada:
  • Inspección visual en cada mantenimiento mayor (20 000 km o una vez al año).
  • Reemplazo sistemático por pares al cambiar los amortiguadores.

¿Por qué cambiarla?

• Seguridad: una cazoleta de suspensión defectuosa altera la adherencia. El neumático rebota, la distancia de frenado se alarga y el vehículo puede perder su trayectoria en curvas o frenadas de emergencia.
• Confort: el silentblock desgastado ya no filtra correctamente las vibraciones. Resultado: ruido de chapa, vibraciones en el habitáculo y fatiga aumentada del conductor en trayectos largos.
• Desgaste prematuro de otros componentes: un juego en la cabeza del amortiguador somete en exceso la rótula, la biela de la barra estabilizadora e incluso la carrocería, pudiendo causar fisuras y corrosión alrededor de la torre del amortiguador.
• Economía: reemplazar a tiempo la cazoleta de suspensión evita la deformación del neumático y el deterioro del amortiguador, dos elementos mucho más costosos.
• Inspección técnica: juego o ruido anormal en la suspensión es un motivo importante de revisión. Una cazoleta en buen estado garantiza la conformidad del tren de rodaje.