Chapa de Protección Térmica: Compre sus piezas de automóvil a precios bajos

Chapa Anti-Térmica

La Chapa Anti-Térmica se presenta como una fina placa de acero galvanizado o aluminio, fijada bajo la carrocería, alrededor del colector de escape, del catalizador o cerca del turbo. Su función es doble: reflejar el calor emitido por la línea de escape y crear una barrera contra los gases ardientes. Al mantener la temperatura del suelo, protege los mazos de cables, las mangueras y los elementos sensibles (depósito, silentblocks, pintura) de un exceso de calor. El protector térmico actúa pasivamente: desvía el aire caliente y disipa la energía térmica gracias a su superficie ondulada y ventilada.

¿Cuándo cambiar la pieza?

• Duración de vida: de 7 a 10 años en promedio, menos si el vehículo circula frecuentemente por carreteras saladas o fuera del asfalto.
• Signos de desgaste:
  • ruido metálico o traqueteo al acelerar;
  • olor a plástico quemado después de un largo trayecto;
  • testigo de temperatura del motor que sube sin causa aparente;
  • fugas de calor percibidas en el habitáculo o en el suelo.
• Periodicidad recomendada:
  • inspección visual cada 30,000 km o en cada cambio de aceite;
  • reemplazo inmediato si la Chapa Anti-Térmica está agrietada, corroída o falta.
• Control preventivo: verifique el apriete de las abrazaderas después de un golpe bajo el chasis o un paso fuera de pista.

¿Por qué cambiarla?

• Prevenir el sobrecalentamiento: una Chapa Anti-Térmica deformada deja que el calor ataque el suelo, pudiendo derretir las fundas eléctricas y las conducciones de combustible.
• Evitar la propagación de la corrosión: cuando el protector térmico retiene la humedad o residuos salinos, se perfora y deja que los gases ardientes ataquen la carrocería.
• Mantener el confort acústico: una chapa suelta provoca vibraciones y traqueteos molestos, signos precursores de una ruptura completa.
• Reducir el riesgo de incendio: alfombrillas, aislantes y plásticos bajo el suelo pueden incendiarse si la temperatura supera los 200 °C.
• Conservar el rendimiento del motor: al evacuar correctamente el calor, el escudo térmico protege el sensor de oxígeno y el catalizador, garantizando una combustión óptima.
• Respetar la inspección técnica: un protector térmico faltante o mal fijado es frecuentemente señalado como una falla grave.
• Ahorro a largo plazo: reparar un cableado fundido o reemplazar un depósito deformado cuesta mucho más que una chapa nueva.

En resumen, la Chapa Anti-Térmica es un elemento discreto pero crucial. Un control regular y un reemplazo ante la menor anomalía garantizan la seguridad, la longevidad del vehículo y la tranquilidad del conductor.