Filtro Hollín/Partículas, Sistema Escape: Compre sus piezas de automóvil a precios bajos

Filtro de partículas

El filtro de partículas, también llamado filtro de hollín o FAP, está integrado en la línea de escape, aguas abajo del catalizador. Su función: retener hasta el 99 % de las partículas finas resultantes de la combustión del gasóleo, antes de que sean liberadas al aire. Dentro del cuerpo metálico se encuentra un núcleo de cerámica alveolar. Los gases de escape atraviesan esta estructura en forma de panal: las partículas sólidas se depositan en las paredes, mientras que los gases purificados continúan su camino hacia la salida. Cuando la carga de hollín alcanza un umbral determinado, el calculador del motor activa la regeneración: la temperatura de los gases sube (hasta 600 °C) y quema los depósitos, restaurando así la capacidad de filtración. Para asegurar este ciclo, el motor adapta la inyección de combustible y se apoya en sensores de presión diferencial colocados antes/después del filtro de partículas.

¿Cuándo cambiar la pieza?

La vida útil de un filtro de partículas varía de 120 000 a 200 000 km, según el estilo de conducción y la calidad del combustible. Sin embargo, algunos indicios deben alertar:

• testigo FAP o luz de motor encendida en el tablero
• humo negro persistente en el escape
• pérdida de potencia notable, especialmente al acelerar
• aumento en el consumo de combustible
• regeneraciones cada vez más frecuentes o incompletas

Para preservar la longevidad del filtro de hollín, realice un trayecto por autopista de 20 minutos a régimen estable cada dos semanas: la regeneración se activará en buenas condiciones. Un mantenimiento preventivo también consiste en controlar la presión diferencial en cada revisión (20 000 km) y cambiar el aceite con uno compatible con FAP.

¿Por qué cambiarlo?

Conducir con un filtro de partículas obstruido conlleva varios riesgos:

• Sobrepresión en el escape: puede dañar el turbocompresor y provocar fugas en las juntas.
• Inyección de combustible excesiva durante las regeneraciones forzadas: el gasóleo se diluye en el aceite del motor, reduciendo su viscosidad y acelerando el desgaste del motor inferior.
• Temperaturas anormalmente altas: deterioran el catalizador y debilitan la línea de escape.
• Aumento en el consumo y las emisiones: el vehículo supera entonces las normas de control técnico y se expone a una revisión adicional.
• Modo degradado en algunos vehículos: limitación automática de la potencia, o incluso parada completa del motor para proteger los componentes mecánicos.

Reemplazar a tiempo su filtro de partículas garantiza un escape fiable, mantiene el rendimiento y cumple con las normas antipolución Euro, evitando reparaciones mucho más costosas.