Tubería de Agua de Limpieza
La tubería de agua de limpieza, también llamada tubo de limpiaparabrisas o conducción de limpiavidrios, asegura el transporte del líquido limpiador desde el depósito hasta los rociadores del parabrisas y, según las versiones, hacia los lavafaros. Colocada bajo el capó, discurre a lo largo de los pasos de rueda y del tablero delantero, protegida por clips y fundas térmicas. Su función es simple: garantizar un flujo regular de fluido para que las boquillas pulvericen correctamente, permitiendo al conductor mantener una visibilidad óptima independientemente de las condiciones climáticas.
Fabricada en elastómero o poliamida, la tubería debe resistir el congelamiento, los detergentes y las variaciones de temperatura generadas por el compartimento del motor. Pequeñas válvulas antirretorno y conexiones rápidas completan el conjunto para evitar el retorno de aire y las fugas.
¿Cuándo cambiar la pieza?
- Vida útil promedio: 8 a 10 años, pero fuertemente dependiente del clima y de los productos de limpieza utilizados.
- Signos de desgaste:
- Chorro irregular o ausente en los rociadores.
- Chorro de agua que llega con retraso tras la activación de la bomba.
- Fuga visible debajo del vehículo o rastros de líquido en el tablero.
- Tapón de hielo formado a lo largo del flexible a pesar de un líquido anticongelante conforme.
- Periodicidad recomendada: inspección visual en cada cambio de aceite y reemplazo en cuanto se detecte una fisura, endurecimiento o aplastamiento. Aproveche el cambio del filtro de habitáculo o de las escobillas del limpiaparabrisas para verificar la tubería de agua de limpieza; el acceso es entonces más fácil.
¿Por qué cambiar?
- Mantenimiento de la visibilidad: una tubería de agua de limpieza obstruida o perforada reduce la pulverización, aumentando la distancia de parada visual bajo la lluvia o tras una salpicadura de barro.
- Preservación de la bomba: cuando el tubo está abierto al aire libre, la bomba de limpiaparabrisas funciona en seco y corre el riesgo de sobrecalentarse o romperse prematuramente.
- Evitar daños eléctricos: el líquido puede infiltrarse en los conectores de los faros o en el cableado del motor, provocando corrosión y falsos contactos costosos.
- Inspección técnica: un sistema de limpiaparabrisas inoperante es motivo de revisión. Cambiar la tubería garantiza la conformidad.
- Seguridad invernal: un flexible agrietado permite la entrada de agua, que se congela y rompe la conducción. Reemplazar la pieza antes del invierno evita esta rotura y las proyecciones inesperadas sobre la correa de accesorios.
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