Polea, Cigüeñal
Polea Tensora, Correa Dentada
Rueda Dentada, Cigüeñal
Polea Inversión/Guía, Correa Distribución
Rueda Dentada, Árbol de Levas
Carril de Deslizamiento, Cadena de Distribución
Tensor de Correa, Correa Dentada
Kit Tornillos, Cigüeñal Polea
Polea Tensora, Correa Trapezoidal
Kit Tornilos, Ruedas Dentadas (Cadena Distribución)
Rueda Dentada, Árbol de Distribución
Rueda Dentada, Árbol Compensador
Kit de Montaje, Rodillo Tensor (Correa Distribución)
Polea de reenvío / polea de guía de correa trapezoidal
La polea de reenvío, a veces llamada rodillo de reenvío o polea guía, asegura el mantenimiento y la orientación correcta de la correa trapezoidal en su plano de rotación. Fijada en un soporte sólido, gira libremente gracias a un rodamiento estanco y fiable. Su ranura se adapta perfectamente a la sección de la correa para garantizar la adherencia sin generar fricción excesiva.
En el compartimento del motor, se encuentra entre la polea motriz del cigüeñal y las poleas impulsadas (alternador, bomba de dirección asistida, compresor de aire acondicionado). Actúa como un punto de retorno: al modificar el ángulo de envolvimiento, aumenta la superficie de contacto y estabiliza la tensión. El buen funcionamiento del conjunto accesorio depende directamente de esta pequeña rueda libre.
¿Cuándo cambiar la pieza?
Un mantenimiento preventivo evita la avería repentina. La vida útil promedio de una polea de reenvío se sitúa entre 100,000 y 150,000 km, pero este valor varía según el uso urbano, la calidad de la correa y las condiciones climáticas.
- Ruidos metálicos o golpes al acelerar;
- Vibraciones anormales del tensor;
- Marcas de polvo metálico alrededor del rodamiento;
- Cortes o desgaste irregular de la correa trapezoidal;
- Luz de batería encendida (correa patinando sobre el alternador).
Durante una revisión, controle la alineación, la rotación libre y el juego axial. La periodicidad aconsejada es un examen visual cada 20,000 km y un reemplazo sistemático en cada cambio de correa o ante los primeros signos de desgaste.
¿Por qué cambiar?
Reemplazar la polea de reenvío en el momento adecuado evita daños en cadena. Un rodamiento gripado puede bloquear bruscamente la correa trapezoidal. Consecuencia directa: pérdida de carga del alternador, sobrecalentamiento del motor por falta de bomba de agua impulsada y fallo en la asistencia de dirección. Una polea de guía defectuosa también hace saltar la correa, provocando daños en el cárter y el deterioro de las otras poleas.
Al renovar esta pieza, preserva:
- La fiabilidad de la transmisión accesoria;
- El confort acústico del vehículo;
- El consumo de energía de los equipos auxiliares;
- La vida útil de la nueva correa y del tensor automático.
Ignorar una polea de reenvío desgastada equivale a correr el riesgo de una inmovilización repentina en la carretera. Por el contrario, un reemplazo planificado cuesta poco, se realiza sin desmontaje pesado y restituye la eficacia original del sistema.
