Perno de Fijación, Brazo Oscilante: Compre sus piezas de automóvil a precios bajos

Perno de Fijación del Brazo Transversal

El perno de fijación conecta firmemente el brazo transversal al bastidor o al larguero del chasis. Ubicado en el extremo del triángulo de suspensión, atraviesa el silentblock y el casquillo metálico para unir el conjunto. Al apretar, su rosca y su cabeza con collar aseguran un par elevado sin deformación. Este simple elemento de tornillería juega, sin embargo, un papel clave: mantiene la geometría del tren de rodaje, transmite los esfuerzos de frenado y absorbe las variaciones de inclinación. Un perno de fijación de calidad debe resistir la tracción, la torsión y las agresiones externas (agua, sal, gravilla). La mayoría de los fabricantes utilizan un acero de alta resistencia 10.9 o 12.9 con tratamiento anticorrosión. Una arandela o un anillo de centrado a menudo acompaña al tornillo para distribuir la carga y evitar el aflojamiento progresivo.

¿Cuándo cambiar la pieza?

Un tornillo de sujeción no es una pieza de desgaste en sentido estricto, pero sufre fuertes tensiones mecánicas y térmicas. Se reemplaza sistemáticamente en cada desmontaje del brazo transversal, porque:

• los fabricantes prescriben un par de apriete angular que estira la rosca; una reutilización puede falsear la tensión
• el revestimiento anticorrosión se deteriora durante el aflojamiento

Vida útil teórica: de 5 a 10 años si el tren inferior nunca se toca. En la práctica, se recomienda un reemplazo preventivo tan pronto como se cambie el silentblock, la rótula o el brazo completo. Síntomas de alerta:

• ruidos metálicos al pasar por badenes
• holgura perceptible en la barra estabilizadora o durante la inspección técnica
• rastros de óxido, rosca aplastada o cabeza redondeada

Periodicidad recomendada: verificación visual en cada cambio de aceite, reemplazo certificado a más tardar cada 120,000 km en carreteras saladas o 150,000 km en otros lugares.

¿Por qué cambiarlo?

Un perno de fijación desgastado ya no aprieta correctamente el brazo transversal. Las consecuencias pueden ser rápidas y graves:

• pérdida de paralelismo, desgaste acelerado de los neumáticos
• desviación del vehículo al frenar, aumento de las distancias de frenado
• vibraciones en el volante, incomodidad y ruido parásito
• posible rotura del tornillo, con desconexión del triángulo y pérdida de control del tren delantero

Reemplazar este pequeño elemento de tornillería elimina la holgura, restaura el par de apriete original y asegura la conexión al suelo. Un nuevo ejemplar garantiza la integridad de la rosca, una tensión correcta y una protección anticorrosión intacta. Utilice siempre un torquímetro, aplique el valor del fabricante y cambie las arandelas de seguridad al mismo tiempo: prolongará la vida útil del brazo transversal y asegurará una conducción estable.