Cuando el motor trabaja intensamente, incluso al límite, el radiador de aceite es fundamental para garantizar una refrigeración adecuada del aceite del mismo.
Para evitar el sobrecalentamiento del motor y mantener el aceite en un estado óptimo de lubricación, se debe mantener a una temperatura aproximada de entre 75 °C y 90 °C.
Hoy en día, es raro encontrar un radiador de aceite en un vehículo, ya que los aceites presentes en el mercado ofrecen un mayor rendimiento y no requieren la asistencia de un dispositivo adicional.