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Dispersor de luz de freno
El dispersor de luz de freno, también llamado lente o difusor, se fija en el óptico trasero del vehículo. Colocado justo delante de la bombilla o del módulo LED, filtra la luz y la colorea de rojo para señalar claramente el frenado a los conductores que siguen. Fabricado en policarbonato moldeado, a menudo integra estrías internas que distribuyen el flujo luminoso para obtener un haz homogéneo y visible incluso en condiciones climáticas adversas.
Esta pieza se mantiene mediante tornillos o clips en el bloque de luces, con un sello periférico que asegura la estanqueidad. Al servir como barrera contra el polvo y la humedad, el dispersor de luz de freno también protege el reflector, el casquillo y el cableado. Sin él, la lámpara estaría expuesta, la señalización sería menos intensa y su seguridad estaría comprometida.
- Localización: parte trasera de la carrocería, a la altura de las luces combinadas.
- Material: policarbonato tratado anti-UV y antichoque.
- Función: difundir, colorear y proteger el haz de la luz de freno.
- Compatibilidad: bombillas P21W, W16W o módulos LED según el modelo.
¿Cuándo cambiar la pieza?
Un dispersor de luz de freno no tiene una vida útil fija; depende del entorno, de los lavados a alta presión y de la exposición solar. Sin embargo, se aconseja revisarlo en cada cambio de aceite o antes de un viaje largo.
- Duración de servicio común: 8 a 12 años en un vehículo estacionado al exterior, más en garaje.
- Signos de desgaste:
- Blanqueamiento o deslustre de la superficie.
- Microfisuras, impactos de gravilla o pieza agrietada.
- Infiltración de agua: vaho o gotas visibles detrás de la lente.
- Indicador de bombilla fundida aunque la lámpara esté intacta: la luz ya no se detecta.
- Periodicidad preventiva: se recomienda el reemplazo tan pronto como una alteración reduzca la visibilidad en más de un 20 %, o ante la menor fisura.
¿Por qué cambiarlo?
Esperar a que un dispersor de luz de freno se rompa totalmente es arriesgado. Un difusor agrietado deja pasar la humedad; el agua corroe el portabombillas, crea cortocircuitos y puede desencadenar un fallo ABS/ESP. Una lente opaca disminuye la intensidad luminosa: su distancia de alerta a los vehículos que siguen se alarga, aumentando el riesgo de colisión por detrás. En caso de control técnico, una luz de freno atenuada o de color inadecuado conlleva una revisión inmediata. En carretera, es posible una multa de categoría 3 por defecto de iluminación.
Cambiar el dispersor preserva por tanto:
- La seguridad activa: señal de frenado clara y conforme.
- La integridad eléctrica del bloque de luces.
- La conformidad legal y el éxito en el control técnico.
- El valor de reventa del vehículo, gracias a una iluminación trasera cuidada.
Optar por un dispersor de luz de freno de calidad original o equivalente garantiza un tono rojo reglamentario, una perfecta difusión y una resistencia aumentada a los UV. Un reemplazo rápido, con un simple destornillador y un sello nuevo, es suficiente para recuperar una visibilidad óptima y conducir con total tranquilidad.