Filtro de aire secundario
En muchos motores diésel o de gasolina con admisión de doble etapa, el filtro de aire secundario constituye la última barrera antes de los conductos de admisión. Colocado justo detrás del filtro primario, dentro del mismo alojamiento, intercepta las partículas finas que han escapado al primer medio filtrante. Así garantiza un aire perfectamente limpio, preservando las aletas del turbo, el caudalímetro y la cámara de combustión.
Diseñado en papel de celulosa de alta densidad o en fibras sintéticas plisadas, este elemento filtrante presenta una amplia superficie de retención manteniendo una baja pérdida de carga. El flujo de aire atraviesa uniformemente todo el medio, asegurando una mezcla aire/combustible óptima. En los vehículos utilitarios pesados y equipos agrícolas, el cartucho es a menudo cilíndrico con un sello radial para evitar cualquier derivación de aire no filtrado.
- Localización: en el alojamiento principal, justo antes del manguito de admisión.
- Función: filtración de acabado, protección del turbo y de los sensores.
- Aplicaciones: berlinas, SUV, vehículos pesados, tractores y motores estacionarios equipados con doble filtración.
¿Cuándo cambiar la pieza?
El filtro de aire secundario generalmente dura más que el primario, pero finalmente se obstruye.
- Periodicidad del fabricante: reemplazo cada 60,000 a 120,000 km, o en cada segundo cambio del filtro primario.
- Entorno polvoriento: control visual y prueba de pérdida de carga a partir de 30,000 km.
- Signos de desgaste: aceleraciones menos contundentes, aumento del consumo, testigo de motor relacionado con el caudalímetro, olor a quemado.
- Prueba simple: color gris oscuro, elemento rígido o diferencial de presión de admisión anormal.
¿Por qué cambiarlo?
Mantener un filtro de aire secundario obstruido pone en peligro la fiabilidad del motor y afecta el consumo.
- Falta de aire: mezcla demasiado rica, sobreconsumo y emisiones aumentadas.
- Desgaste interno: depósitos de calamina en válvulas, segmentos y paredes del cilindro.
- Peligro para el turbo: sobrecalentamiento de los cojinetes, ruptura de la película de aceite.
- Sensor de flujo alterado: pasos repetidos en modo degradado, pérdida de potencia.
- Costo de uso: hasta +10 % de combustible, riesgos de averías costosas.
Cambiar regularmente el filtro de aire secundario es, por lo tanto, un gesto de mantenimiento poco costoso que asegura el rendimiento, la longevidad del motor y su tranquilidad al volante.
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