Portafusibles
El portafusibles es la pequeña caja que aloja y sostiene los fusibles destinados a proteger los diferentes circuitos eléctricos de su vehículo: iluminación, elevalunas, unidad de control del motor, radio... Ubicado generalmente en el habitáculo, detrás de la guantera o en el lateral del tablero de instrumentos, también puede estar presente en el compartimento del motor para las líneas de alta intensidad. Su función es doble: asegurar un contacto eléctrico fiable entre el fusible y el cableado, y aislar mecánicamente este último de las vibraciones, la humedad y los contaminantes. Concretamente, cuando la corriente supera el valor nominal, el fusible se funde y corta el circuito; el portafusibles garantiza entonces que la ruptura se realice de manera limpia, sin riesgo de arco eléctrico ni sobrecalentamiento cerca de los plásticos.
Constituido por conectores de latón o cobre estañado, una base de polímero de alta temperatura y una tapa hermética, el soporte de fusible moderno está diseñado para resistir más de 15 años de uso. Sin embargo, el calor del compartimento del motor, las salpicaduras de agua salada y la oxidación pueden alterar sus contactos. Un portafusibles defectuoso provoca cortes intermitentes, arranques imposibles y, a veces, fallos en cascada difíciles de diagnosticar.
¿Cuándo cambiar la pieza?
- Vida útil promedio: 150,000 km o 10 a 12 años, según las condiciones climáticas.
- Síntomas a vigilar:
- luces aleatorias en el tablero de instrumentos;
- accesorios que ya no se encienden o se apagan mientras se conduce;
- marcas de quemaduras u oxidación en los terminales de la caja del portafusibles;
- fusibles que se queman sin razón aparente;
- olor a plástico caliente cerca del tablero de instrumentos.
- Periodicidad recomendada: revise el estado de los terminales cada vez que reemplace un fusible y durante las revisiones mayores (cada 60,000 km). Cambie inmediatamente si un alojamiento presenta holgura, un deslustre verdoso o una deformación.
¿Por qué cambiarlo?
- Evitar sobretensiones: los contactos flojos aumentan la resistencia, generan calor y pueden derretir la base, provocando un cortocircuito o inicio de incendio.
- Proteger la alimentación de las unidades de control: un corte imprevisto puede corromper la memoria de una ECU o desactivar el ABS en plena carretera.
- Prevenir el desgaste prematuro de los fusibles: un mal soporte aumenta las microvibraciones y fatiga la lengüeta del fusible, provocando reemplazos repetidos.
- Mantener la conformidad del fabricante: desde la norma ISO 8820, todo dispositivo de protección debe garantizar un disparo reproducible. Un portafusibles oxidado altera el umbral de apertura del circuito.
- Ahorro en diagnóstico: reemplazar el soporte de fusible a tiempo evita largas búsquedas de fallos eléctricos y el desmontaje del cableado.
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