Información adicional sobre Grasa
Lubricantes
Los lubricantes constituyen la "sangre" de su vehículo. Aceite de motor, fluido de transmisión, grasas de rodamientos o aceite de diferencial: todos crean una película protectora que reduce la fricción entre las piezas metálicas, disipa el calor y retrasa la oxidación. En el bloque del motor, el lubricante es aspirado por la bomba de aceite, circula por los canales internos, lubrica el cigüeñal, los árboles de levas y los pistones antes de regresar al cárter. En la caja de cambios y el diferencial, el aceite de transmisión asegura el deslizamiento controlado de los engranajes y amortigua los golpes. Finalmente, algunas direcciones asistidas y circuitos de climatización también utilizan un fluido específico para garantizar la longevidad de las bombas y juntas.
¿Cuándo cambiar la pieza?
- Duración de vida media: 10,000 a 30,000 km para el aceite de motor convencional, hasta 60,000 km para un aceite sintético de larga duración. Los lubricantes de caja manual se reemplazan en general cada 80,000 km, los de caja automática entre 60,000 y 100,000 km según el fabricante.
- Periodicidad recomendada: siga siempre el libro de mantenimiento, con un control visual y de nivel en cada cambio de aceite o revisión anual.
- Signos y síntomas:
- luz de presión de aceite que se enciende o parpadea;
- ruido de traqueteo en frío o en caliente;
- aceite que se vuelve negro, espeso o con partículas metálicas al tacto;
- consumo anormal entre dos servicios;
- cambios de marcha duros o sacudidos para un fluido ATF al final de su vida útil.
- Control rápido: una gota sobre un papel absorbente debe conservar un tono marrón claro. Si se vuelve negro profundo o presenta un círculo quemado, programe el cambio de aceite.
¿Por qué cambiar?
- Desgaste prematuro de los componentes mecánicos: un lubricante oxidado pierde su viscosidad, la película protectora se rompe y las piezas se rayan. Esto acelera el desgaste de los cojinetes, árboles y rodamientos.
- Sobrecalentamiento y rotura del motor: el aceite contaminado ya no disipa suficientes calorías. Los segmentos se pegan, el pistón se agarrota, pudiendo llevar al agarrotamiento completo.
- Pérdida de rendimiento y eficiencia: una fricción excesiva aumenta el consumo de combustible y reduce la potencia disponible.
- Depósitos y barnices internos: los aditivos agotados permiten que se formen lodos en el cárter, obstruyendo cribas y boquillas. La presión de aceite cae, incluso con un nivel correcto.
- Corrosión interna: la acidez generada por la combustión no neutralizada ataca el metal, especialmente los cojinetes del turbo y conductos finos.
- Garantía del fabricante comprometida: el incumplimiento de los intervalos de cambio de aceite puede anular la cobertura, incluso en componentes costosos como la caja automática o el turbocompresor.
Optar por lubricantes de calidad, adaptados a la norma ACEA o API prescrita, garantiza la compatibilidad con los filtros de partículas, catalizadores y juntas sintéticas modernas. Al asegurar un mantenimiento regular, prolonga la vida útil de su vehículo y reduce significativamente el riesgo de averías costosas.