Los vehículos equipados con un regulador de altura tienen una distancia al suelo estable. Esto garantiza comodidad, estabilidad en carretera y adaptación al terreno.
La tarea del regulador de altura es mantener estable la distancia al suelo para garantizar la misma altura entre el tren de rodaje y la carretera en todas las circunstancias. Esta solución le permite mantener conservar la horizontalidad de la carrocería del vehículo.
Los semiejes de los vehículos equipados con regulador de altura incorporan sensores que permiten evaluar la altura de los bajos respecto a la carretera. Los datos recopilados por estos sensores se transmiten luego a un calculador que deduce si se debe corregir la actitud del vehículo. Si detecta una necesidad, envía instrucciones a la suspensión correspondiente para que suba o baje el vehículo, manteniéndolo nivelado con la carretera.