Al tener que soportar todo el peso de tu vehículo, el chasis es un elemento muy resistente que tiene un diseño en forma de H con una rueda en cada extremo.
Sujeta los ejes delantero y trasero, la suspensión y todos los elementos relacionados con la frenada del coche. El sistema del motor (motor, transmisión, caja de cambios y eje) está conectado al chasis en la parte delantera, central o trasera, según la ubicación del motor.
Hay 5 formas de chasis diferentes:
- Chasis de marco clásico: es un chasis muy sólido, pero, debido a su rigidez, no absorbe muy bien los golpes en caso de accidente. Consta de dos vigas metálicas llamadas largueros a las que se fija la carrocería
- Chasis monocasco: es el modelo más común en los vehículos actuales. El chasis y la carrocería forman una sola pieza. Este último es flexible y ligero y suficientemente sólido para absorber los golpes.
- El chasis de viga central: cuenta con una viga central a la que se unen los elementos laterales. Anteriormente se utilizaba en los vehículos deportivos.
- Chasis tubular: utilizado en vehículos de carreras por su ligereza
- Chasis plataforma con estructura de suelo: aquí, los largueros están recubiertos con chapas delgadas que forman el suelo del vehículo. Este chasis ya no se utiliza en la actualidad
Sin embargo, el chasis se deforma con el tiempo, especialmente en terrenos degradados, durante las fases de frenada e incluso en las curvas más o menos cerradas.
Los profesionales de la carrocería pueden trabajar en el chasis cortando partes del chasis y luego volviéndolas a fijar mediante soldadura.