Los faros son esenciales para la seguridad de los conductores y pasajeros de vehículos en movimiento. Aunque le permiten circular de noche, la visibilidad puede verse considerablemente reducida, especialmente en caso de niebla o mal tiempo.
Los faros sucios pueden reducir la eficacia hasta en un 30 %. Por lo tanto, necesariamente debe asegurarse de limpiarlos regularmente para mantener una eficacia del 100 %.
La tecnología de sus faros no influye en la renovación: bombillas halógenas, xenón y led, podrá y tendrá seguramente que renovarlas algún día.
Los faros en sí no se desgastan, pero la renovación de los faros es fundamental para garantizar su seguridad y la de los demás usuarios. Ciertas señales pueden indicar que los faros necesitan ser renovados:
En general, los faros se vuelven opacos después de algunos años. Dependiendo de cómo use y guarde vehículo, esto puede acelerarse, especialmente si lo estaciona fuera o al sol.
El material de los faros también marca la diferencia. Los faros de los vehículos antiguos están hechos de vidrio, mientras que el material utilizado para casi todos los faros de los vehículos modernos es el policarbonato, un material plástico. Se desgasta y acaba perdiendo sus propiedades, sobre todo en la superficie. Por lo tanto, se vuelven menos claros con el tiempo.
También es importante ver de dónde viene el problema, es decir si los faros no están dañados por dentro o por fuera. Los faros pueden estar tenues por otras razones.
Un problema de estanqueidad puede reducir la eficacia de los faros al permitir que entre agua o niebla en su interior. En este caso, es necesario cambiar las juntas de los faros o reemplazar completamente las ópticas del vehículo.
Un faro roto no se puede reparar ni renovar, entonces deberá cambiarse rápidamente.