Pietro Arici era propietario de una fábrica de alta precisión en Brescia en 1952 que producía frenos hidráulicos para los primeros equipos.
En 1977, la empresa se trasladó a Plaisance. Así nació el nombre LPR con el objetivo principal de una nueva orientación dirigida hacia los sistemas hidráulicos de frenado y embrague.
En pocos años, LPR se ha convertido en líder mundial en calidad e innovación, y ha ampliado su gama de productos a otros productos como pastillas, anillos, discos y tambores de freno.
En la actualidad, la marca LPR se vende en más de 76 países/regiones de todo el mundo.